En concreto, 40 de estos siniestros se produjeron en el sector de la construcción, y otros tres en la madera. Además, otras 59 personas resultaron heridas de gravedad en el ‘tajo’.

Para Fecoma-CCOO, este dato representa que "la siniestralidad en continúa aumentando, a pesar de la caída en el empleo". Así, en agosto de 2011 se registraron 4.673 trabajadores menos en la construcción que en el mismo periodo de 2010, según las cifras del Servicio Público de Empleo Estatal (SPEE).

Por regiones, la Comunidad de Madrid fue la que más siniestros registró en el tajo durante el verano, con siete muertes por accidente laboral, el 18% del total. A continuación, se situaron Andalucía, País Vasco y Principado de Asturias, con cinco accidentes mortales cada una de ellas (13% total, respectivamente) y Castilla y León, con tres (8%).

CAÍDAS EN ALTURA Y APLASTAMIENTOS, PRINCIPALES CAUSAS.

Por otro lado, las caídas en altura y los aplastamientos fueron las dos principales causas de accidente mortal en la construcción, con un 77% del total.

Asimismo, los trabajadores con edades comprendidas entre los 30 y los 40 años constituyeron el colectivo más afectado por esta tipología de accidente durante el verano, al sufrir el 21% de los siniestros. Le siguieron los trabajadores de entre 50 y 60 años de edad (19%), los de entre 20 y 30 años (14%) y los de entre 40 y 50 años (14%).

El sindicato destaca también que en este periodo fallecieron en accidente laboral seis trabajadores de la construcción con más de 60 años. Un hecho totalmente "intolerable, especialmente a estas alturas de la película", en su opinión.

"NULA" ATENCIÓN DEL MINISTERIO DE TRABAJO.

En esta línea, Fecoma-CC.OO. critica la "nula" atención prestada por el ministro de Trabajo, Valeriano Gómez, a las reivindicaciones realizadas por la federación para que los trabajadores de obras puedan acceder a la jubilación anticipada a los 60 años de edad.

Según el secretario de Salud Laboral y Medio Ambiente de Fecoma-CC.OO., Santiago Cubero, estos accidentes se han producido por "condiciones de trabajo indignas" que los trabajadores aceptan por el miedo a perder su puesto de trabajo.

Ante ello, asegura que "se contempla la misma parsimonia por parte de aquellos organismos e instituciones que deben vigilar y tutelar que los accidentes no se produzcan". "Esta situación asquea", sentencia.