Gestha denuncia que la progresividad es la ‘gran perjudicada’ de esta reforma al simplificar de siete a cinco los tramos actuales el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Esta medida junto con la reducción de los tipos marginales afecta negativamente a este principio constitucional porque los principales beneficiarios de la reforma no sumarán más de 73.000 contribuyentes -los que ingresan más de 150.000 euros anuales- que suponen en torno al 0,3% del total de declarantes, según los datos de la propia Agencia Tributaria (AEAT).
Sin embargo, los 11,5 millones de trabajadores y pensionistas que ganan menos de 11.200 euros anuales no se verán afectados por la rebaja fiscal propuesta por Moncloa, ya que actualmente no tributan. “El Gobierno, al no bajar otros impuestos que soportan los ciudadanos, como el IVA o los impuestos sobre los Hidrocarburos o la Electricidad, no puede afirmar con la rotundidad que lo hace que la presión fiscal haya bajado para todos. Tampoco podemos hablar de una reforma integral del sistema fiscal sino sólo parcial”, afirma el secretario general de Gestha, José María Mollinedo.
De hecho, la rebaja en el primer tramo de la escala del IRPF y el aumento de las cuantías de los mínimos personales y familiares afectan a todos los contribuyentes por igual, por lo que los 8,8 millones de ciudadanos que cobran entre 12.450 y 33.000 euros amortiguarán el impacto de la rebaja fiscal de las grandes fortunas, puesto que sus tipos aumentan entre 0,25 y 1 punto sobre la tarifa vigente, de manera que serán las cargas familiares de cada uno las que determinen si hay subida o bajada de impuestos en este tramo.
Por otro lado, los Técnicos consideran que comparar los efectos de esta nueva reforma con la tributación de 2011 tiene “trampa” y lleva a equívoco a la ciudadanía, ya que tapa la mayor bajada para las rentas más altas y por tanto una merma de la progresividad respecto a la situación actual.
Por otro lado, según Mollinedo, “el Gobierno no precisa con claridad cómo se financiará la caída de ingresos por la rebaja del IRPF, por lo que, teniendo en cuenta el impacto económico de la medida, es posible que se compense con otras fórmulas como el copago o la privatización parcial de entes públicos como AENA, que reportará unos 2.500 millones de euros. De confirmarse este último punto, se trataría de vender acciones de empresas públicas rentables para rebajar impuestos que, además, perjudican la progresividad y la suficiencia del sistema tributario”.
En este sentido, los técnicos señalan que “el Gobierno ha explicado una rebaja impositiva, pero no ha dicho cómo piensa rebajar el déficit desde el 5,5% previsto para 2014 al 4,2% en 2015 y 2,8% en 2016, bajando los Impuestos de la Renta y de Sociedades, sin anunciar que sube otros impuestos, ni que reduce gastos por importe de 13.300 millones en 2015 y otros 14.400 millones en 2016”.
Las rentas del capital también se benefician
Asimismo, Gastha considera que la bajada de la tributación de rentas del capital, que pasa de tener tres tramos con tipos del 21%, 25% y 27% (en función de los ingresos) a situarse en dos años en el 19%, 21% y 23%, beneficia igualmente a las mayores fortunas del país, afectando negativamente a la progresividad porque quien obtenga más de un millón de euros en dividendos pagará proporcionalmente igual que un trabajador o autónomo que gane 50.000 euros.
La rebaja en Sociedades no será efectiva
Otra de las medidas estrella de la reforma es la rebaja progresiva y en dos años del 30% al 25% del tipo nominal de Sociedades que, según Gestha, solo beneficiará a las grandes empresas, que a día de hoy ya no tributan ni de lejos por esa cuantía. De hecho, el tipo medio efectivo de las grandes corporaciones empresariales se sitúa en el 3,5%, ocasionando una pérdida recaudatoria de 26.000 millones de euros anuales.
Según el secretario general de Gestha, “acercar el tipo nominal al efectivo no debería hacerse bajando tipos porque se aproxima por abajo y la experiencia en nuestro país nos dice que las empresas utilizan la rebaja de los tipos nominales desde el minuto uno, mientras que las deducciones que desaparecen no impide que se utilicen las que están pendientes, por lo que habrá que esperar a la Memoria económica de la reforma para conocer la pérdida recaudatoria que supone al Estado”.
Los Técnicos recuerdan que la rebaja de tipos en Sociedades siempre ha implicado una disminución de la carga del impuesto porque la reducción de las deducciones no es suficiente para compensar la caída en la recaudación provocada por la rebaja en los tipos nominales. Por este motivo, habría que analizar el efecto que tiene en las compañías que facturan más de seis millones de euros, las que la AEAT ya considera grandes.
Gestha recuerda que la reforma anterior de 2006, en la que también se estableció un periodo transitorio para su puesta en marcha, solo sirvió para reducir los tipos nominales y la carga del Impuesto de Sociedades, pero no para incrementar la recaudación. Esto coincidió con el inicio de la crisis, lo que provocó el desplome de la recaudación de este tributo en un 70%.
Luchar contra el fraude y otras medidas
Finalmente, Gestha considera positiva la publicación de la lista de deudores tributarios, siempre y cuando se complete con la lista de delitos fiscales y los nombres de la multinacionales que eluden impuestos. No obstante, echan en falta medidas adicionales para reducir la elevada tasa de economía sumergida en España, del 24,6% del PIB, que ocasiona unas pérdidas recaudatorias de 80.000 millones de euros anuales al Tesoro Público.
Por este motivo, los Técnicos apuestan por intensificar la lucha contra el fraude, centrando la investigación y persecución del fraude en las grandes empresas y fortunas, que son responsables del 72% de la evasión total, muy por encima de pymes, microempresas y particulares, a pesar de que solo concentran el 20% de los esfuerzos del fisco, tanto en plantilla como en recursos.
Al mismo tiempo, Gestha propone cambios impositivos para reducir la evasión fiscal, como un Impuesto a las Transacciones Financieras, cambios en las SICAV y en las sociedades patrimoniales, reducir la dualidad fiscal de rentas del trabajo y del autónomo respecto de las rentas del capital, que la nueva reforma mantiene, y más control de los paraísos fiscales. Asimismo, reclama ampliar la limitación del uso de efectivo para operaciones superiores a 1.000 euros y que quien incumpla no pueda deducir el gasto en el IRPF, Sociedades e IVA.
Gestha apuesta por ampliar y aumentar las competencias de la plantilla de la Agencia Tributaria, ya que nuestro país apenas tiene un trabajador de Hacienda por cada 1.928 contribuyentes, frente a los 860 de Francia, 729 de Alemania o los 551 de Luxemburgo, por lo que no debe extrañar que España contando con la mitad de plantilla en la lucha contra el fraude soporte más el doble de economía sumergida, sobre todo si el 80% de los efectivos están dedicados a investigar los fraudes e irregularidades de autónomos, pequeños empresarios, pensionistas y trabajadores.
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