Antonio Gutiérrez Rubi, fundador de Ideograma, ha cuestionado por lento el ritmo de las reformas y ha advertido a los ponentes de la Comisión Constitucional de que los cambios deben ser "más acelerados" porque en el exterior "la demanda es urgente".

Se llega tarde y mal

Por ello, y dado que España llega "tarde y mal" a la futura Ley de Transparencia, Gutiérrez-Rubí ha pedido no quedarse "cortos" con esta norma porque, de lo contrario, no van a contribuir al éxito de la recuperación de la confianza política. "Cuando se llega tarde y mal, lo mínimo exigible es la ejemplaridad, la ambición y un cierto riesgo", ha subrayado Gutiérrez, antes de llamar a los diputados a "no fallar" a los ciudadanos haciendo "cualquier ley".

Por su parte, Daniel Innerarity, catedrático de Filosofía de la Universidad del País Vasco, ha recomendado no elevar las expectativas de este proyecto ley, que el Congreso recibió en septiembre e 2012 y que aún sigue pendiente de que se presenten enmiendas.

A su juicio, la ley "se va a quedar corta" porque la transparencia supone un cambio de cultura que no se produce por un mero "acto voluntarista" de aprobar un proyecto legislativo. "La crisis –ha añadido– exige más transparencia frente a un sistema político jerárquico y opaco".

Lo que se publique, que sea comprensible

Según Manuel Villoria, catedrático de Ciencias Políticas de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, ha exigido a las administraciones que, además de publicar sus contratos y actas, lo hagan de forma comprensible, a la vez que echa en falta en la ley sanciones para quienes no cumplan y premios para las instituciones más transparentes.

Además de pedir hasta tres portales de transparencia para canalizar la participación ciudadana, Villoria ha aconsejado a los partidos garantías de independencia para la futura Agencia Estatal de Transparencia, evitando que el mandato de sus titulares coincida con las legislaturas.