"No hemos subido el impuesto", subrayó el ministro de Hacienda y Administraciones Públicas, Cristóbal Montoro, en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, donde avanzó que se producirá una redistribución dentro del propio gravamen.
En concreto, se reduce en dos puntos el tipo proporcional, que depende del precio de venta, y que actualmente está situado en un 57%, al tiempo que se incrementa el tipo específico vinculado con el número de unidades, que está hoy en 12,7 euros por cada 1.000 cigarrillos.
De este modo, se podrá "mantener el nivel de competencia" en el sector y contribuir a reducir el contrabando, con el objetivo de que sea una "clase a extinguir" y sea "imposible comprar una cajetilla de forma ilegal en España".
El ministro consideró que este cambio también reforzará la recaudación del Estado a través de los impuestos especiales. En 2011 la recaudación estatal por los impuestos derivados del tabaco descendió un 2,3%.
Esta modificación había sido solicitada por algunas tabaqueras, como British American Tobacco, mientras que Altadis reclamaba una congelación de la estructura fiscal "al menos" durante dos años, con el propósito de estabilizar el mercado y recuperar la recaudación del Estado.
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