Para que unos gastos por servicios prestados por el socio sean deducibles, deben probarse tales servicios y además demostrar la relación de dependencia de la trabajadora respecto de la sociedad que le paga por ello, recayendo la carga de la prueba en el contribuyente que hace valer su derecho.

En el caso que plantea la sentencia, la sociedad demandante que satisfizo tales pagos consideraba que las actuaciones desarrolladas por la socia eran propias de una relación de servicios laborales por cuenta de dicha sociedad, por el ejercicio de tareas ajenas y diferenciadas de las asumidas por otra entidad (en la que la socia también prestaba sus servicios), y por tanto deducibles.

Sin embargo, dicha sociedad no logró probar tales hechos, por lo que la Inspección estimó que la única justificación objetiva es que tales pagos se derivaban de su condición de socia, a título de dividendos o retribución de fondos propios, que no son deducibles fiscalmente, ratificando su postura en dos datos objetivos:

– que la entidad X, que participa en la sociedad demandante y con quien esta tenía suscrito un contrato de franquicia- afirmó que la socia a la que se efectuaron los pagos cuya deducibilidad se pretendía era su contacto para los temas administrativos, contables y financieros; y

– el testimonio del jefe de un grupo de dependientes de la sociedad demandante, que confirmó que la socia era quien tomaba las decisiones de dirección y funcionamiento del trabajo.

El Tribunal, entre lo que no prueba la demanda y lo que sí prueba la inspección, confirma que la eventual labor de la socia fuera realizada a través de la sociedad en la que la socia también prestaba sus servicios no era la propia de alguien subordinado y dependiente sino la propia de un socio, propietario del negocio, y ratifica la consideración de retribución de los fondos propios la satisfecha a la socia por esos servicios específicos.

STSJ ASTURIAS (CONTENCIOSO) DE 25 NOVIEMBRE DE 2022. EDJ 2022/763580

Fuente: ADN Fiscal