Estas acciones, afirman los asesores fiscales, se deben en la mayoría de los casos a comprobaciones sobre errores humanos de cálculo y de interpretación, que se derivan del trabajo diario en el cumplimiento de las obligaciones tributarias del contribuyente. "Esta situación está generando gran presión a los pequeños negocios y deja sin margen de error a los asesores fiscales", denuncian.
Asefiget indica que los agentes tributarios solicitan, en mayor medida, los libros registro de IVA y documentación que acredite la actividad real, lo que conlleva que los despachos de asesores fiscales remitan a la Administración Tributaria gran cantidad de archivos requeridos.
Según los asesores fiscales, estas comprobaciones se enmarcan dentro de la iniciativa de la Agencia Tributaria para detectar el pequeño fraude de forma rápida e inmediata, tras el descenso del 9% de la recaudación en 2013 por prevención y lucha contra la defraudación fiscal.
Por último, recuerdan a la Agencia Tributaria que la figura del colaborador social es "imprescindible y necesaria" para la correcta aplicación de los tributos y, por ello, piden al organismo que no paralice la actividad de pequeños negocios "con errores fácilmente contrastables por otras vías".
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