Este tipo de ERE, introducido en la reforma laboral, permite combinar la reducción de jornada con el cobro de la prestación por desempleo, y que da derecho además a una bonificación del 50% en las cuotas empresariales a la Seguridad Social por contingencias comunes, siempre que la empresa se comprometa a mantener en el empleo a los trabajadores afectados durante al menos el año posterior a la finalización de la reducción de jornada autorizada.

En concreto, de los 98.151 trabajadores afectados por ERE hasta abril, un total de 23.748 tenían un ERE de reducción de jornada, que aún así supone más de cinco veces más que el año anterior. Además, el número de expedientes de reducción de jornada se multiplicó por más de tres, hasta los 2.244 procesos.

El número de trabajadores afectados por cualquier ERE se mantuvo hasta abril en los niveles registrados en 2010. Un total de 108.135 trabajadores se vieron afectados por un ERE hasta abril, casi los mismos que los 108.588 empleados incluidos en un ERE en el mismo periodo del ejercicio precedente, después de haber estado en 2008 subiendo a tasas de hasta cuatro dígitos.

El número de ERE autorizados se mantuvo en los cerca de 7.000 expedientes, de los cuales 6.551 fueron pactados con los representantes de los trabajadores y 175 no pactados, afectando, respectivamente, a 98.151 y 4.155 trabajadores.

Del total de expedientes autorizados en los cuatro primeros meses del año, un total de 3.026 se encuadran en el sector servicios, con un ascenso interanual del 35%, mientras que 2.245 lo hacen en la industria, un 18% menos.

Mientras, 1.095 expedientes pertenecieron a la construcción, frente a los 908 de los cuatro meses de 2010, y 185 a la agricultura, frente a los 370 que se vieron afectados en el mismo periodo de 2010.

MENOS DESPIDOS COLECTIVOS.

Hasta abril, el número de expedientes de extinción de empleo (despidos colectivos) autorizados por las autoridades laborales se mantuvo casi inalterado, con 1.225 procesos, apenas cuatro más que en los cuatro primeros meses de 2010. Estos expedientes significaron el despido de 19.088 trabajadores, un 5% más.

Por su parte, los ERE de suspensión temporal de empleo alcanzaron los 3.082, un 28,9% menos, mientras que el número de afectados por estos expedientes se redujo un 28%, hasta los 55.315 trabajadores.