Una persona suscribe con una entidad bancaria varios préstamos hipotecarios.

Posteriormente, se elimina la cláusula suelo de los contratos de préstamo, pero el cliente de la entidad bancaria demanda su nulidad y la devolución de las cantidades abonadas.

El JPI estima la demanda al considerar que el cliente había actuado como consumidor al no haberse probado que los préstamos se destinasen a ninguna actividad empresarial o profesional.

El banco recurre la sentencia y la AP estima el recurso al considerar que el cliente del banco era un consumidor, pero que destinó los préstamos al desarrollo de una actividad profesional y que por tanto no tenía la consideración de consumidor cuando firmó los contratos de novación de los préstamos.

El cliente recurre ante el TS alegando que tenía la consideración de consumidor cuando firmó los contratos de préstamo y que deben tomarse en cuenta las circunstancias de cuando se firmó el contrato.

El TS recuerda que, a la luz de la jurisprudencia del TJUE, se debe vincular el concepto de consumidor con el objeto de la operación con independencia de la personalidad del contratante.

Por tanto, solo si los contratos son independientes de cualquier actividad profesional o económica son merecedores de la protección de la legislación para los consumidores. El carácter futuro de la actividad no afecta en nada a su calificación como profesional.

Así, la no aplicación de la protección de consumidores a los contratos de préstamo no deriva del alta como autónomo en actividad agrícola cuando se firmaron los contratos de novación, sino de la aplicación proyectada para el dinero obtenido mediante los préstamos.

STS (CIVIL) DE 18 JULIO DE 2023. EDJ 2023/632547

Fuente: ADN Jurídico