Durante la presentación de la red de empresas másHumano de la Fundación Mujer, Familia y Trabajo, Báñez ha defendido así una reforma laboral que, según ha asegurado, apuesta por una empresa del siglo XXI en la que la competitividad se base en unas relaciones laborales que vayan "más allá del intercambio de horas de trabajo y salarios".

En su opinión, cuando en lugar de hacer pivotar estas relaciones en torno al alto rendimiento, la corresponsabilidad o la complicidad, se producen "fallas" entre el trabajador y el empresario, "las consecuencias son muy caras" y van desde una baja productividad hasta un excesivo estrés de los trabajadores y altos índices de absentismo. Y es que, según aseguró, "el compromiso de los trabajadores nace de dentro, no se impone".

Asimismo, la ministra de Empleo defendió, no sólo la necesidad de poner en valor el talento de los trabajadores como elemento de competitividad en las empresas, sino la necesidad de ampliar la flexibilidad horaria para permitir una mayor conciliación entre la vida laboral y personal.

Báñez, que mencionó a modo de ejemplo "esas comidas eternas" que hacen que se solapen las responsabilidades personales y laborales, indicó que, en este sentido, la negociación colectiva ha sido hasta ahora rígida.

Con la reforma laboral, ha ahondado, "se está intentando que la negociación colectiva sea más moderna y dinámica" priorizando el ámbito de negociación "donde se tiene que producir para que sea más eficaz", la empresa.

Por último, ha defendido también la participación de entidades privadas en la intermediación laboral, a la vista de que los Servicios Públicos de Empleo (SPEE) sólo son responsables del 3% de la colocaciones, unos resultados que, "en términos empresariales, provocarían ceses inmediatos", ha dicho. Báñez, sin embargo, ha recordado que los SPEE "son pocos y los resultados escasos".