Así, en los tramos de empresas que facturaron entre 10.000 euros y seis millones en 2008, a las que correspondió un tipo medio de entre el 24% y el 26%, el tipo efectivo se situó no más de 5,1 puntos porcentuales por debajo y en ningún caso éste fue inferior al 20%.
Sin embargo, en el caso de las grandes empresas el tipo efectivo sólo fue superior al 20% en el tramo de facturación entre los seis y los 7,5 millones de euros y en el de aquellas de entre 500 y 750 millones de euros.
Además, la minoración del tipo medio hasta el tipo efectivo se situó en algunos tramos, como en el de aquellas empresas con un volumen de facturación superior a los 750 millones, por encima de los 10 puntos porcentuales.
Asimismo, el tipo medio del Impuesto sobre Sociedades para el conjunto de las empresas disminuyó un 1,1% en el ejercicio 2008, del 29,1% al 28%, mientras que el efectivo cayó un 1,4%, desde el 20,2% al 18,8%, en parte por las reformas introducidas ese año en el impuesto.
Del mismo modo, desde 2004, el tipo impositivo medio pasó del 32,3% al 28%, lo que supuso un reducción del 4,3%, mientras que el tipo efectivo descendió aún más, hasta un 5,3%, todo ello debido a los cambios introducidos en las bonificaciones y deducciones.
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